viernes, 12 de julio de 2019

Filmoterapia, cine psicoterapéutico


Las películas de cine pueden convertirse en el complemento ideal de un tratamiento de psicoterapia.

¿Quién no se ha sentido inspirado alguna vez por el protagonista de una película o una serie, o ha fantaseado con la idea de actuar de la misma manera? ¿Y quién tras ver un film en la televisión o en una sala de cine no ha descubierto que el mal humor de ese día se ha disipado o, al contrario, que enfrentarse directamente con alguno de sus miedos , traumas… le ha provocado cierta desazón? Las imágenes, el sonido, los planos, el color, la luz y las historias que nos presentan las películas o las series, rara vez nos dejan indiferentes y pueden constituir una gran ayuda para el trabajo del psicólogo.
La filmoterapia consiste en usar el cine como un complemento de las sesiones en la terapia psicológica”, decía Jaime Burque, autor de Filmoterapia. 100 películas inspiradoras y creador del blog sobre filmoterapia. Jesús García, profesor titular de Personalidad, Evaluación y Tratamiento Psicológico de la Universidad de Sevilla, y autor junto con David Moreno Mora del artículo El trabajo con películas en psicoterapia, también lo ve como un complemento.

Aclaro que podía no ser el término más adecuado para algunos colegas, porque podría dar la idea de que es posible hacer terapia a través del uso exclusivo de películas, y no es así. Son un instrumento coadyuvante de la terapia. Es decir, habría una terapia, por ejemplo cognitivo-conductual, que utiliza películas, pero no hay filmoterapia, sino un uso de filmes dentro de terapias psicológicas, que además emplean otros recursos.
no es simplemente que el psicólogo recomiende a su paciente ver una película sin más. Es imprescindible, por un lado, que el terapeuta ayude a descubrir qué se esconde detrás de esas imágenes, cuál es el mensaje que se puede obtener; y, por otro lado , que el psicólogo vea la película no como un entretenimiento ni una forma de pasar un rato agradable, sino como un instrumento terapéutico.

La clave se encuentra en que una escena o una película va más allá de lo que se muestra en la pantalla: es una metáfora que puede hacer que el sujeto observe de forma indirecta cómo encontrar soluciones a su conflicto, o descubrir fuerzas internas o emociones positivas que ignoraba que existían.

Usar el cine en la consulta del psicólogo no es una idea nueva: en realidad comenzó siguiendo las pautas de la biblioterapia; es decir, el uso terapéutico de libros. Pero hoy vivimos en un mundo donde domina la imagen. Nuestra cultura audiovisual es superior a la de hace apenas unas décadas, a lo que ha contribuido la tecnología, ya que hoy es muy fácil bajarse de internet o elegir en cualquier canal de pago una película o una serie.

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