Las
películas de cine pueden convertirse en el complemento ideal de un
tratamiento de psicoterapia.
¿Quién
no se ha sentido inspirado alguna vez por el protagonista de una
película
o
una serie, o ha fantaseado con la idea de actuar de la misma manera?
¿Y quién tras ver un film en la televisión o en una sala de cine
no
ha descubierto que el mal humor de ese día se ha disipado o, al
contrario, que enfrentarse directamente con alguno de sus miedos ,
traumas… le ha provocado cierta desazón? Las imágenes, el sonido,
los planos, el color, la luz y las historias que nos presentan las
películas o las series, rara vez nos dejan indiferentes y pueden
constituir una gran ayuda para el trabajo del psicólogo.
“La
filmoterapia
consiste
en usar el cine como un complemento de las sesiones en la terapia
psicológica”,
decía Jaime Burque, autor de Filmoterapia.
100 películas inspiradoras y
creador del blog sobre filmoterapia.
Jesús García, profesor titular de Personalidad, Evaluación y
Tratamiento Psicológico de la Universidad de Sevilla, y autor junto
con David Moreno Mora del artículo El
trabajo con películas en psicoterapia,
también lo ve como un complemento.
Aclaro
que podía no ser el término más adecuado para algunos colegas,
porque podría dar la idea de que es posible hacer terapia a través
del uso exclusivo de películas, y no es así. Son un instrumento
coadyuvante de la terapia. Es decir, habría una terapia, por ejemplo
cognitivo-conductual, que utiliza películas, pero no hay
filmoterapia, sino un uso
de filmes dentro de terapias psicológicas,
que además emplean otros recursos.
no
es simplemente que el psicólogo recomiende a su paciente ver una
película sin más. Es imprescindible, por un lado, que el terapeuta
ayude a descubrir qué se esconde detrás de esas imágenes, cuál es
el mensaje que se puede obtener; y, por otro lado , que el psicólogo
vea la película no como un entretenimiento ni una forma de pasar un
rato agradable, sino como un instrumento
terapéutico.
La
clave se encuentra en que una escena o una película va más allá de
lo que se muestra en la pantalla: es una metáfora que puede hacer
que el sujeto observe de forma indirecta cómo encontrar soluciones a
su conflicto, o descubrir
fuerzas internas o emociones positivas
que ignoraba que existían.
Usar
el cine en la consulta del psicólogo no es una idea nueva: en
realidad comenzó siguiendo las pautas de la biblioterapia; es decir,
el uso terapéutico de libros. Pero hoy vivimos en un mundo donde
domina la imagen. Nuestra cultura audiovisual es superior a la de
hace apenas unas décadas, a lo que ha contribuido la tecnología, ya
que hoy es muy fácil bajarse
de
internet o elegir en cualquier canal de pago una película o una
serie.