jueves, 28 de abril de 2016

Ventajas de Aprender Jugando

A través del juego, los niños expresan muchas de sus necesidades y resuelven sus conflictos, ya que es su mejor forma de comunicarse y de aprender. Además, al jugar imitan el comportamiento de los adultos, lo que les ayuda a desarrollar el lenguaje y otros tipos de comunicación, así como sus habilidades sociales.

Piensa en cómo son los juguetes para bebés: generalmente son muy coloridos, a veces emiten sonidos y, obviamente, todos buscan ser divertidos, para que el niño pueda entretenerse horas con él. Y es que, entre más entretenido resulte el juguete, más será el tiempo que el niño juegue con él, propiciando que se dé un  mayor aprendizaje.
Cuando el aprendizaje se da de manera lúdica se promueve el crecimiento y desarrollo del área cognitiva, es decir, la capacidad del niño para tomar conciencia respecto a su entorno. Entre más desarrolle un niño esta capacidad, mejor podrá comprender y resolver diferentes tipos de problemas. 


El aprendizaje se da por las emociones, cuanto más motivado esté el niño, más aprenderá, cuanto más emociones estén involucradas en una experiencia, esa experiencia quedara y nos dejara una aprendizaje significativo.

Algunas ventajas de aprender jugando 

  1. El juego permite la expresión corporal y de movimiento
    El primer medio de comunicación que tenemos desde bebés es el contacto físico con mamá y papá. Es a través de las caricias y los abrazos que comenzamos a expresarnos. Conforme crece, el gateo le permite al niño explorar su entorno. De ahí que el cuerpo se considere nuestro primer agente de aprendizaje y de expresión. De hecho, cuando los niños están en movimiento, ya sea saltando, corriendo o bailando, suelen entran en un estado de relajación que favorece su aprendizaje.
  1. El juego y sus cinco sentidos
    Todas las personas establecemos contacto con el mundo exterior a través de nuestros sentidos: ver, oír, tocar, oler y probar. Todo ello influye en cómo percibimos el mundo. La capacidad que tienen nuestros hijos para identificar qué es lo que sucede en el exterior depende de su capacidad para percibir y dar un significado a lo percibido, y este significado evoluciona conforme crecen. 
Lo anterior explica que en la terapia de juego se utilicen materiales que propicien el desarrollo de los sentidos, como arena, pintura de manos, agua y diferentes telas con distintas texturas, entre otros. La finalidad es que el niño aprenda a confiar en sus sentidos y establezca mejor contacto con el mundo exterior. 

  1. El juego libera emociones
    En todos los juegos hay muchas emociones de por medio: alegría por hacer una buena jugada; temor porque al rival le funcione su estrategia; enojo, tristeza o frustración por perder la partida son solo algunos ejemplos de cómo, a través de esta actividad, nos expresarnos de manera libre y natural, lo cual resulta ampliamente positivo. 
           Por otro lado, es bien sabido que la mejor manera de que el aprendizaje sea duradero, es                      hacerlo significativo. Por ello, aprender algo en un contexto donde el niño se sienta                              cómodos y  contento,hará que lo retenga más fácilmente. 

  1. El juego desarrolla la imaginación
    Los niños tienen una capacidad increíble para imaginar que una manta puede ser una alfombra voladora, o que sus camas son una nave espacial. Esa imaginación es muy útil al momento de aprender, ya que permite al niño contar con una mayor cantidad de posibles respuestas ante cualquier situación.
  1. El juego y la creatividad
    Es realmente asombrosa la facilidad que tienen los niños para inventar nuevos juegos. Esa creatividad les permite hacer nuevas conexiones entre ideas, así como relacionar contenidos con experiencias personales y explorar diversas posibilidades de resolver problemas.
          Por otro lado, la creatividad favorece la autoestima del niño, pues inventar su propia manera de           resolver un conflicto, le da seguridad.

lunes, 25 de abril de 2016

¿Cómo influye la actitud de los papás en las calificaciones?


Si bien el rendimiento escolar de los niños depende de muchos factores, como la familia, los profesores, la influencia de los compañeros de clase y el autoconcepto del niño, entre otros, los padres son piezas fundamentales, pues son su ejemplo a seguir y las personas más importantes para cualquier niño. 

Lo que papá o mamá comenten sobre su hijo, así como el reconocimiento que hagan de su esfuerzo y logros son aspectos clave para que el niño tenga un buen rendimiento y obtenga grandes resultados. Sin duda, las expectativas de papá y mamá, y lo que le transmiten a su pequeño en este sentido puede beneficiar o perjudicar de manera importante su rendimiento académico. 

De acuerdo con un estudio reciente, publicado en Journal of Personality and Social Psychology, los niños suelen tener un buen rendimiento académico cuando las expectativas que papá y mamá tienen sobre ellos son realistas, es decir, las basan en sus aptitudes y habilidades. El investigador Kou Murayama, encontró que el exceso de aspiración por parte de los padres puede ser contraproducente en el rendimiento escolar del niño.  

Pero ¡ojo!, esto no significa dejar de exigir un buen resultado, sino tener altas expectativas que sean alcanzables por ellos. Los investigadores encontraron que las altas aspiraciones aumentan los logros académicos de los niños, siempre y cuando no superen las expectativas reales. Si los papás no buscamos que nuestros hijos se superen ellos nunca se darán cuenta de lo que son capaces de hacer y lograr por sí mismos, sin embargo, tampoco se trata de frustrar a nuestros hijos para que lleguen al resultado a como dé lugar. 

Este hallazgo favorece a las escuelas, en el sentido de que sería buena idea incorporar los pensamientos y expectativas de los papás hacia los hijos, pues es definitivamente uno de los factores más importantes en el rendimiento escolar de nuestros niños.