Cuantas
veces no hemos escuchado: - Pero si así va a ser más fuerte, - Así va a dejar
de ser maricón , -Así se va a poder defender - y un sinfín de excusas que como
padres, tíos o hermanos mayores, hemos pensado, incluso creemos que realmente
le estamos haciendo un favor al niño al burlarnos de él.
En contra
partida, nadie nunca nos dijo que nos pongamos en su lugar, que nos preguntemos
¿Cómo nos sentiríamos realmente al estar en el lugar de ese niño o niña que
intenta descubrir quién es, y en que puede ser bueno o buena (hablamos de
talentos o no) y que está lleno de dudas.
La mayoría minimiza y desacredita estas respuestas y ni siquiera hace el
ejercicio de hacerse la pregunta… hoy te pregunto a vos.
La mayoría de
las familias cuentan con esos tíos graciosos, o criticones, o las tías argeladas,
padres exigentes etc. Y crecemos en un ambiente donde cuando un niño acusa a su
tío, tía o hermano incluso a un padre con el otro de sufrir burlas o criticas
de parte de estos, son los adultos quienes salen a defender a los otros adultos como si el
sentimiento de humillación del niño no es importante o eso le hará mas fuerte.
Informo desde
la psicología que No, no le hará más fuerte, al contrario puede desarrollar
desconfianza, baja estima, trastornos de la conducta afectiva, y por sobre todo
resentimientos.
Lo único que
nos puede hacer más fuertes es la contención; el abrazo seguro en los brazos de
quienes son nuestros pilares, nuestro refugio, nuestros padres… pero cuando
estos no lo son, podemos pasarnos la vida buscando ese refugio a menos lo que
construyamos nosotros mismos y eso es imposible sin la ayuda de un terapeuta.
Escribí esto
porque me acorde de las burlas que mis tíos, primos y padres me hacían de
chiquita… cuanto resentimiento sentía cuando me señalaban alguna debilidad o algún
defecto físico, y crecemos creyendo que señalar es común y que incluso esta
bien. Cuantas mentiras nos cuestan nuestra salud mental y emocional, cuanto
dolor se puede evitar y cuantos adultos confiados y enteros podemos empezar a
crear.
Lo que
hacemos y lo que decimos, marca de manera profunda la niñez y la crianza, nadie
nace sabiendo ser padres, y creo que me animo a agregar que nadie nace sabiendo
vivir, sabiendo manejar sus emociones, por eso la empatía nos va a ayudar
siempre a ser mejores versiones de nosotros mismos, y es una herramienta que es
de suma importancia, sea cual sea el rol que nos toque desarrollar.