jueves, 27 de junio de 2019

UN EQUIPO ES LA SUMA DE SUS PARTES


La frustración en el deporte es un estado habitual. El hecho de competir supone de forma implícita la posibilidad de ganar y perder. En un torneo o en una competencia, perder es fracasar, al no lograr el objetivo por el cual tanto se trabaja durante los entrenamientos. Lo que deja verse claramente cuando toda la afición deportiva lo nota, se apodera de ese sentimiento generalizado en el equipo y exige diferencias que sean reales para todos. Para seguir creyendo, para no dar las espaldas a lo que están en el campo de juego mojando la camiseta con una estrategia de ataque incompleta, porque no están bien emocionalmente, ni en forma  grupal y menos individualmente y un equipo sin estrategias para enfrentar sus errores es un equipo destinado a Fracasar.
“No se puede depender de un estado emocional en una competencia”, eso se dice y se escucha mucho, pero en realidad sí se depende de ellos en medidas insospechadas. La Albirroja tiene ese trabajo incompleto, donde tiene días buenos, días malos, momentos de claridad y momentos para el olvido. Pero es un trabajo en equipo, y el equipo debería de ser multidisciplinario. Siempre insisto con esto. Somos maquinas entrenadas, entrenamos cuerpo, con hábitos y rutinas, pero ¿y la parte que mueve al cuerpo? La parte más poderosa de uno, ¿es entrenada? Y la respuesta es siempre la misma. Claro que NO
Durante el compromiso de hoy, Brasil buscó abrir el marcador, pero se encontraron con una sólida defensa Albirroja, y terminaron igualando sin goles en el tiempo reglamentario, por lo que todo se definió desde el punto penal, y ya saben lo que paso, nuevamente fallamos en el mismo punto y uno de los que erró fue nuevamente Derlis González que ya se hizo la nueva tendencia en meme. Resulta un caso tan particular por el hecho de que repetimos patrones de conductas, ellos como jugadores y nosotros como hinchas. Si hacemos una retrospectiva nos vamos a dar cuenta de la montaña rusa de emociones que crea en nosotros esta selección. Todo cambio lleva un tiempo de evolución, nosotros vamos siempre contra reloj, no tenemos un trabajo coordinado y establecido, vamos con lo que tenemos, con lo que se vaya incorporando, con lo que nos dicen, con lo que la experiencia nos dice que funciona y hasta con la ilusión de algún milagro. Y después queremos resultados. Es hacer un alto de verdad, respirar y darse cuenta de que las veces que funcionamos como equipo, fue porque lo teníamos dado todo por perdido, entonces ya no importa como salgamos al campo a jugar, por que llegamos por la suerte y me hace suponer que el equipo se sincroniza justo en ese momento de “suerte” ¿Por qué? por que salen al todo o nada y esa energía se va acrecentado en el campo de juego, no significa que los entrenamientos no sirven, no, al contrario, están entrenados, tienen un entrenador que piensa en estrategias y técnicas, que va probando que es lo mejor, que táctica son oportunas para el equipo y cuál es la que realmente funciona para ellos. Lo mío no es una investigación exhaustiva de ciencias del deporte, es una simple reseña de una fanática del deporte  que ve que se puede mucho más y que a nada nos lleva un plagueo vacío y un sinfín de memes de Derlis. Salud por el buen Futbol! Y por un futuro con más psicología en nuestras vida.