La frustración en el deporte
es un estado habitual. El hecho de competir supone de forma implícita la
posibilidad de ganar y perder. En un torneo o en una competencia, perder es fracasar,
al no lograr el objetivo por el cual tanto se trabaja durante los
entrenamientos. Lo que deja verse claramente cuando toda la afición deportiva
lo nota, se apodera de ese sentimiento generalizado en el equipo y exige
diferencias que sean reales para todos. Para seguir creyendo, para no dar las
espaldas a lo que están en el campo de juego mojando la camiseta con una
estrategia de ataque incompleta, porque no están bien emocionalmente, ni en
forma grupal y menos individualmente y un equipo sin estrategias
para enfrentar sus errores es un equipo destinado a Fracasar.
“No se puede depender de un
estado emocional en una competencia”, eso se dice y se escucha mucho, pero en
realidad sí se depende de ellos en medidas insospechadas. La Albirroja tiene
ese trabajo incompleto, donde tiene días buenos, días malos, momentos de
claridad y momentos para el olvido. Pero es un trabajo en equipo, y el equipo debería
de ser multidisciplinario. Siempre insisto con esto. Somos maquinas entrenadas,
entrenamos cuerpo, con hábitos y rutinas, pero ¿y la parte que mueve al cuerpo?
La parte más poderosa de uno, ¿es entrenada? Y la respuesta es siempre la
misma. Claro que NO
Durante el compromiso de hoy,
Brasil buscó abrir el marcador, pero se encontraron con una sólida defensa
Albirroja, y terminaron igualando sin goles en el tiempo reglamentario, por lo
que todo se definió desde el punto penal, y ya saben lo que paso, nuevamente
fallamos en el mismo punto y uno de los que erró fue nuevamente Derlis González
que ya se hizo la nueva tendencia en meme. Resulta un caso tan particular por
el hecho de que repetimos patrones de conductas, ellos como jugadores y
nosotros como hinchas. Si hacemos una retrospectiva nos vamos a dar cuenta de
la montaña rusa de emociones que crea en nosotros esta selección. Todo cambio
lleva un tiempo de evolución, nosotros vamos siempre contra reloj, no tenemos
un trabajo coordinado y establecido, vamos con lo que tenemos, con lo que se
vaya incorporando, con lo que nos dicen, con lo que la experiencia nos dice que
funciona y hasta con la ilusión de algún milagro. Y después queremos
resultados. Es hacer un alto de verdad, respirar y darse cuenta de que las
veces que funcionamos como equipo, fue porque lo teníamos dado todo por
perdido, entonces ya no importa como salgamos al campo a jugar, por que
llegamos por la suerte y me hace suponer que el equipo se sincroniza justo en
ese momento de “suerte” ¿Por qué? por que salen al todo o nada y esa energía se
va acrecentado en el campo de juego, no significa que los entrenamientos no
sirven, no, al contrario, están entrenados, tienen un entrenador que piensa en
estrategias y técnicas, que va probando que es lo mejor, que táctica son
oportunas para el equipo y cuál es la que realmente funciona para ellos. Lo mío
no es una investigación exhaustiva de ciencias del deporte, es una simple reseña
de una fanática del deporte que ve que
se puede mucho más y que a nada nos lleva un plagueo vacío y un sinfín de memes
de Derlis. Salud por el buen Futbol!
Y por un futuro con más psicología en nuestras vida.