El disfrute es una experiencia que nos aporta algo y nos hace crecer, y está relacionado con las experiencias óptimas. Tras una experiencia de este tipo, nuestra personalidad ha crecido, porque esa experiencia nos ha aportado algo. Por ejemplo, si te gusta tu trabajo, es posible que hayas vivido más de una experiencia de flujo al llevar a cabo algún proyecto, y esto te ha
enseñado y te ha hecho crecer.
El placer, en cambio, produce bienestar tan solo mientras dura, pero luego desaparece sin dejar rastro. Por ejemplo, si te comes un dulce sientes placer mientras lo comes, pero no ha enriquecido en absoluto tu personalidad ni te ha hecho crecer como persona; por eso el placer nunca podrá ser tan satisfactorio como el disfrute y a menudo nos deja con ganas de más.
No obstante, cualquier actividad, incluso lo que en un principio no era más que un rato de placer, puede convertirse en una experiencia de disfrute. Por ejemplo, para un chef de cocina, comer puede ser mucho más que un rato de placer vacío si centra toda su atención en la comida, en los diversos sabores, en detectar aromas, en aprender algo nuevo, en generar nuevas ideas para futuras recetas… De este modo, cualquier experiencia puede hacernos entrar en estado de flujo y convertirse en experiencia óptima si nos esforzamos en buscar el modo de hacerlo.
El placer, en cambio, produce bienestar tan solo mientras dura, pero luego desaparece sin dejar rastro. Por ejemplo, si te comes un dulce sientes placer mientras lo comes, pero no ha enriquecido en absoluto tu personalidad ni te ha hecho crecer como persona; por eso el placer nunca podrá ser tan satisfactorio como el disfrute y a menudo nos deja con ganas de más.
No obstante, cualquier actividad, incluso lo que en un principio no era más que un rato de placer, puede convertirse en una experiencia de disfrute. Por ejemplo, para un chef de cocina, comer puede ser mucho más que un rato de placer vacío si centra toda su atención en la comida, en los diversos sabores, en detectar aromas, en aprender algo nuevo, en generar nuevas ideas para futuras recetas… De este modo, cualquier experiencia puede hacernos entrar en estado de flujo y convertirse en experiencia óptima si nos esforzamos en buscar el modo de hacerlo.